Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2015

Y con el corazón cargado

Tranquilo, vengo en son de guerra. A dispararte tantas balas como fuerzas me queden. Tengo la pistola en tu sien y tus recuerdos como rehén. No quiero rescate,he vuelto para doler; herida de tantas batallas en tu espalda. Pero no muerta. Todavía. Ahora recuerda Me Cuando folles y no te arañen Cuando no te canten baladas de rock después,con la voz casi afónica de gemir. Cuando en los silencios no estén mis cosquillas erizando tu piel. Cuando no haya risa que recorra el pasillo Cuando intentes llenar el vacío con besos guarros en cualquier entrada de un bar Pero ninguna te muerda el labio como yo. Cuando no puedas evitar mirarme el culo al pasar,ni evitar no querer agarrarlo de nuevo contra la encimera de la cocina. Cuando te pongas las sudaderas que alguna vez llevé. Cuando los muerdos en tu cuello no encuentren el punto justo en el que te volvías perro. Cuando las sábanas estén colocadas, en lugar de en el suelo. Cuando no puedas aguantarlo más, y me eches de me

Chuchos

Locos buscando un nuevo ataque al corazón. Algo que nos vuelva aún más burros,más perros,más con el rabo entre las piernas y el cerebro a medias. Pero con tus bragas sobre la cama y los sentimientos en el cielo, volando con los gritos. Poniendo tu voz en secreto y las miradas con cuidado. Puede que un roce detone esta bomba y nos haga explotar por los aires. Y así olvidarme de tus andares. De calarte bien hondo entre humos. Y quedarte en un ladito de mis recuerdos, en el que cuando despierto aún estás. Y me pierdo y te encuentro en el mismo punto de partida. Olvidando que nos esfumamos mientras pasa la vida. El vaho mezclándose en nuestra respiración que va a la vez y ha decidido seguir el ritmo de nuestros jadeos. Ciega y en tu mirada apalancada. Todavía me quedo buscando un resquicio en tus labios que me mantenga en pie y la razón tumbada. Y si aguantas mi caos te hago un huequito en mis brazos para que al menos resistamos a este invierno que quiere matarnos.

Descosidos

Dicen que se tardan 3 semanas en acostumbrarse a algo o a alguien. Pero se necesita sólo un segundo para que todo se derrumbe y no sepas si echarle huevos o salir huyendo. Tengo heridas que me torturan gritando tu nombre.No sé si es porque te echan de menos o porque tienen miedo de que vuelvas. Pero tampoco quiero descubrirlo. Las estoy intentando callar con mentiras,como solías hacer,así parece que están más tranquilas. Y cuando vuelven a estallar no me queda más que coserle los puntos de nuevo. Como último recurso las estoy drogando, con todo lo que pillo:alcohol,humos,besos de extraños...