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Mostrando entradas de marzo, 2016

Benditas vistas

Me estoy aferrando a tu cuello como un yonki a su última raya. No te quiero(ni puedo) soltar. Y sé que en el momento que acabe cayendo será una hostia de la que no voy a poder sobrevivir. Pero es que las vistas desde tus clavículas son tan bonitas... Tenerte encima, ver tu sonrisa, elevarme, volar, anclarme a tus caderas. Me gusta la cara que pones, me gusta cómo me pones, me gusta mi cara de "no te salgas nunca(de mi vida tampoco)" , me gusta fuerte, me gusta sentir, poco a poco, centímetro a centímetro, tu piel, recorrerla con mis dedos, dejar mis huellas y mis uñas en ti, me gusta ponerte la piel de gallina, me gusta que despiertes mis más bajos instintos, me gusta que me muerdas, que no tengas pudor, que me hagas libre entre tus manos y tus piernas, que me lo hagas y me deshagas la cama, que me quites el sueño si es para mojar las sábanas, me gusta que me des si es en las nalgas, me gusta besar tu estomago, tu cara, tus labios, me gusta que me aga

Anoche

No lo había visto nunca tan bonito como anoche tirado en mi cama, vacío, jadeante, pero a la vez lleno de mi, y yo llena de él. Recuperando ambos nuestro propio aliento. Nunca. Tumbado en mi cama, siendo una extremidad más arrancada de mi, como la costilla de Adán, a la inversa. Tan mío pero sin ser mi propiedad, siendo mío para mi. Estaba tan bonito bajo el único resquicio de luz de mi habitación. Toda su piel había sido besada, acariciada, arañada, lamida, extasiada, mordisqueada por mi. Podría haber sido mi última cena de condenada a la silla eléctrica que me habría muerto satisfecha. Aunque siempre pediría repetir. Estaba bonito. Bonito de verdad. Por dentro y por fuera. Era el domador del circo que no pudo con la fiera más salvaje, o al menos eso parecía cuando estábamos luchando (sobre el escritorio, cama...) o marcándonos todo el cuerpo con nuestros colmillos. Hasta caer rendidos. Ahí lo tenía, cogiendo aire mientras yo lo miraba como si fuese m