Desahogo
En ocasiones el remedio puede ser peor que la enfermedad. Y qué locura lo de pasar de ser tu cura a tu verdugo. Todos los días se han convertido en noches, los días de lluvia, e incluso los que no, de llanto. Y me quebranto y me quebranto pensando. Creyendo que todo lo que me recomponía en realidad me esta haciendo pedazos. Y me rompo y me rompo y me quedo tumbada ligeramente sobre el suelo, esperando un poco de aliento, esperando que todo haya sido mentira y sienta que puedo y respire tranquila y se vaya la presión de mi pecho y me abandone mi cuerpo y decida que no puedo más y decida cambiar y decida saber lo que quiero, lo que puedo y lo que debo. Y sobretodo lo que me debo. Y se acaben los rotos y las destrucciones y que ni yo misma pueda conmigo Que sea una faro para este barco a la deriva que soy, pero que siempre vuelva al mismo puerto a acariciarlo, abrazarlo, revivirlo. Y sentirnos libre