Ego
Si necesito decir que tengo el pecho roto mejor lo enseño, ¿no decían por ahí que vale más una imagen que mil palabras? Pues a mi me censura mi eco. Con la mirada tan sincera la boca me estorba. Acaricio con espejos de seda en las manos y sangrando los costados. Déjame reposar la ansiedad, tomar un poco de aire y exhalar los deseos. Los miedos están de paseo mientras estoy secuestrada sin nota de rescate: tengo el precio de mi alma muy cara y sin mezclar. Puro anhelo de felicidad. La sensación de vivir a destiempo. El constante remordimiento de morir a contrarreloj. Se me llenan los pulmones de salitre cada vez que evito llorar. El cielo lleno de cables ¿quién me ha puesto esta vía? El pulso a punto de reventar PAM-PAM,PAM-PAM El suelo lleno de trastos, cuidado al pasar, los ceniceros a rebosar y yo, consumida por una adicción-placebo, por las verdades traducidas a raíz de mentiras de un mundo que rodea pero no abraza. Mis plegarias a un segundo de calma.