La idealización
¿Cuánto es el tiempo de espera para que te olviden? Si decides que me vaya, no te quedes tú. Torturados a un pilla-pilla emocional en el que mis anhelos ya han muerto, y yo persigo a mis recuerdos como un perro hambriento. Nos reprocharon que con la comida no se juega y nadie nos habló de los sentimientos, con la boca llena de remordimientos y llagas en la lengua: he besado ilusiones con menos veneno. Es que esas manos las carga el diablo Pero dispara la lengua y responde después todas las preguntas que no he hecho y nunca haré Sólo necesitaba que te quedaras a entender que no puedo explicar las cosas del querer si no es queriendo, que desconozco más de lo que tengo y necesito muy poco: no te sientas afortunado cuando pido pues nada se me da peor que rogarle al destino, en voz alta nada me sale bien.