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Mostrando entradas de marzo, 2022

El reinicio

Siempre he temido el vacío y conforme todo se va llenando dudo si es preferible asfixiarse o ahogarse. Al menos no es estancarse. Me tiembla el párpado desde la primera bocanada de aire de la mañana. La ansiedad se ha convertido en el café , por eso descafeinado, con alguna que otra pastilla para controlar lo que las tormentas de ideas dejan marcado en mi piel. Ordeno mis cuatro paredes  antes de que se me vengan encima como si eso fuese la medicina para creer tenerlo todo controlado. Mentira. Hace mucho que no me veo. El reflejo que antes rehuía ahora me desafía cada vez que asoma de reojo. Ya no me juzga pero me mira con indiferencia y solo espero que no vuelva a ser otro tipo castigo. Últimamente me escribo y ahí es donde puedo percibir, donde me miro a los ojos sin necesidad de vista lanzándome al abismo de unas pupilas que solo ven incertidumbre. Tomo aire: ya no huyo de mi, vivo para encontrarme.

El sentir

Me rodea la mugre, el pelo crea una alfombra en el suelo que viste de lujo lo cotidiano. O eso es mejor creer. En sueños se me caen los dientes y de día no puedo parar de sonreír, aunque me sigue dando un poco de vértigo. Entonces me detengo, desde aquí ya no escucho el paso del tiempo, pero sí las heridas que vuelven a gritar. Todo se llena de una taquicardia constante, en ocasiones asfixiante. En el momento más incierto suena la alarma para hacernos dudar si algo fue realidad o sólo ojalás. Busco impaciente algo que detenga los chirridos de mis muelas cuando creo tener el control sabiendo bien que nada perdura si no es en la memoria y si no te piensas ¿existo? No estoy perdida me encuentro en cada persona que se atreve a mirar sin ojos. Tengo mucho que decir pero estoy aprendiendo a escuchar y ahora nos hablamos desde diferentes pechos cargados de vulnerabilidad porque el Amor nunca es una derrota. Las cosas están bastante mal afuera como para no valorar lo que llevamos dentro. Así q