La idealización

¿Cuánto es el tiempo de espera para que te olviden? 

Si decides que me vaya, no te quedes tú. 

Torturados a un pilla-pilla emocional en el que mis anhelos ya han muerto, 

y yo persigo a mis recuerdos como un perro hambriento. 

Nos reprocharon que con la comida no se juega

y nadie nos habló de los sentimientos, 

con la boca llena de remordimientos

y llagas en la lengua:

he besado ilusiones con menos veneno.

Es que esas manos las carga el diablo

Pero dispara la lengua y responde después  

todas las preguntas que no he hecho y nunca haré

Sólo necesitaba que te quedaras a entender

que no puedo explicar las cosas del querer

si no es queriendo,

que desconozco más de lo que tengo

y necesito muy poco:

no te sientas afortunado cuando pido

pues nada se me da peor que rogarle al destino, 

en voz alta nada me sale bien.

Comentarios

  1. He vuelto a leer algunos de tus textos para comprobar si me seguían produciendo la misma sensación que cuando leíste el primero en voz alta, en el río aquella tarde tan pintoresca y si, me siguen pareciendo bonitos, profundos, inspiradores y valientes. Sigue escribiendo Abi, se te da bien y te va bien, me gusta especialmente este por las metáforas tan sutiles y por el mensaje un poco de resignación de alguien que enfrenta los miedos sacándolos a relucir sin complejos y que normaliza cosas como los sentimientos.
    Nos vemos pronto amiga.

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