La idealización
¿Cuánto es el tiempo de espera para que te olviden?
Si decides que me vaya, no te quedes tú.
Torturados a un pilla-pilla emocional en el que mis anhelos ya han muerto,
y yo persigo a mis recuerdos como un perro hambriento.
Nos reprocharon que con la comida no se juega
y nadie nos habló de los sentimientos,
con la boca llena de remordimientos
y llagas en la lengua:
he besado ilusiones con menos veneno.
Es que esas manos las carga el diablo
Pero dispara la lengua y responde después
todas las preguntas que no he hecho y nunca haré
Sólo necesitaba que te quedaras a entender
que no puedo explicar las cosas del querer
si no es queriendo,
que desconozco más de lo que tengo
y necesito muy poco:
no te sientas afortunado cuando pido
pues nada se me da peor que rogarle al destino,
en voz alta nada me sale bien.
He vuelto a leer algunos de tus textos para comprobar si me seguían produciendo la misma sensación que cuando leíste el primero en voz alta, en el río aquella tarde tan pintoresca y si, me siguen pareciendo bonitos, profundos, inspiradores y valientes. Sigue escribiendo Abi, se te da bien y te va bien, me gusta especialmente este por las metáforas tan sutiles y por el mensaje un poco de resignación de alguien que enfrenta los miedos sacándolos a relucir sin complejos y que normaliza cosas como los sentimientos.
ResponderEliminarNos vemos pronto amiga.