La chica imantada

Estaba oscuro.
Todo había desaparecido y como suicidas buscaban un puente
donde tirarse,donde besarse,donde matarse.
Mutuamente.
Sin más armas que sus manos y sus dientes.
Veía las ganas en más sitios que en sus ojos
donde a pesar de todo se iluminaba la luna llena
mientras su sonrisa permanecía en cuarto creciente.
Y no era lo único que crecía.
Perdiéndose en su pelo,mezclándose con el viento.
Volando su falda y el tiempo.
Bailando con el miedo,rozándose el vientre.
Nada se movía como sus caderas.Aunque no le gustase bailar
si no era imantada a sus suyas.
Tenía agallas pero muchas heridas
y cicatrices con fobia a más agujas
y una piel como esa luna,que solía tatuarse huidas.
Tenia entre risas el corazón acojonado,temblando.
Igual que sus piernas al pasar por ellas su mano.
Veía todo tan oscuro...
Sé positiva-le dijo a la chica imantada.
Aún nos quedan ganas.

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