Ella

Me niego a perderme algo que sea arte,que te ponga la piel de gallina,que levante pensamientos pero consiga nublarte la razón.

Me niego a perderme el amanecer de tus pupilas dilatadas los domingos de resaca. Y más aún a acompañarte a casa junto con tu cogorza, de cerveza o de vodka,según te dé el ánimo ese sábado. Me niego a que no quieras desnudarme antes de llegar a tu puerta y que nos tengan que parar los cuchicheos de los vecinos.

Me niego a que no tengas ganas de pasear tus manos por mi costado y tus uñas clavándoseme en la espalda,mientras te beso una a una las costillas haciendo música con ellas.
Me niego a que no hagamos más ruido nosotros que cuando se nos caen por séptima vez las llaves, porque no consiguen encajar tan bien como tu cadera y mi pelvis.

Me niego a no ser tus "venga, quítame las medias y vamos a mi cama" cuando ya casi te has quitado tú sola las bragas. Porque nunca has permitido que nadie discuta tus bajas pasiones. Y me gusta.

Me niego a que tu colchón se olvide algún día de mie nosotros, cuando llevamos más guerras en ella que la Historia. Y también otras tantas treguas. En las que acabamos arrodillados pidiendo la paz y buscándonos la boca. Con dos víctimas jadeantes. Más, siempre más.

Me niego a no tener tus silencios,me niego a no ser tu calma y tu tempestad.
Me niego a que no haya sexo,besos y tu miedo a no saber si huir otra vez.

Me niego a que vuelvas a desaparecer.

Pero también me niego a tenerte prisionera,cuando ya lo eres
de tu propia piel.

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